La princesa

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Hay princesas que saben muy bien cuando llegan los finales de los cuentos, porque hace tiempo que han decidido escribir ellas sus propios relatos.

Hoy es el final de un cuento triste, no el final para todos, pero si para ella, porque elige salirse del cuento, hay veces que la princesa pierde al príncipe, no come perdices y además le toca sostener con infinito amor a su príncipe aunque entre ellos solo queda ya vacío y distancia.

Pero esta princesa eligió quedarse, porque alguien a quien amó se marchó sin avisar y  después la llamó desde un lugar invisible y le pidió que cuidara un poco más del príncipe y su familia, y asi fue.

La princesa se tragó sus lágrimas y se puso un traje de amor incondicional y los sostuvo, arropó y amó a todos, con el amor del primer dia, con el aroma de una rosa que nunca se marchita.

Y hoy ya llegó el final del cuento, la princesa ha elegido marcharse, su misión está completada, el amor es infinito y nunca se gasta ni se malgasta, pero ya toca amar y sostener otras personas y lugares y seguir escribiendo y dando forma a sus propios cuentos y sueños.

Es lo que tienen las princesas de alma libre, hacen lo que tienen que hacer y después se van.

¿A qué tienes miedo?

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¿A qué tienes miedo?

Tengo miedo a que me hagan daño…si te suena esta respuesta…sigue leyendo.

Tenemos miedo a que nos hagan daño, ya ves, que ironia y en cambio no nos da ningún miedo hacernos daño a nosotros mismos, porque ese daño es invisible, estamos tan acostumbrados a él que ni siquiera lo notamos, es un daño que pensamos que nos sale gratis, que no cuenta.

Para que los demás no nos hagan un supuesto daño, mejor me hago daño yo mismo, dejando de ser yo, de mostrar lo que quiero, de decir a quien amo que lo amo, digo no cuando quiero decir sí y viceversa, me olvido de mí, dejo de escucharme, de sentir, de permitirme, de soñar, de vivir en definitiva.

Es verdad, es mucho mejor machacarse uno mismo que dejar que otros lo hagan, porque si me abro al mundo y soy yo…los demás seguro que me hacen daño…lo de ahí fuera es un mundo hostil….o no?

Mejor me hago daño yo por anticipado, de ese que ya ni me entero…aunque mi alma lo note, aunque mi corazón llore en silencio y me suplique que pare….

Pero y si lo de ahí fuera no es tan malo,¿ y si resultase que alguna vez, solo alguna vez, permitirme salir y ser yo, tuviera como premio ser feliz? Puede que no sea la felicidad eterna, pero si pequeños instantes de esos que al final van tejiendo la vida y llenándola de luz.

Es verdad que tal vez alguien me haga daño….tal vez…pero por lo menos mi alma y mi corazón estarán intactos para poder hacer borrón y cuenta nueva y volver a salir a buscar el sol.

 

 

Los valientes

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Estoy rodeada de valientes, no me canso de decirlo, no me canso de gritarlo.

Cada día me regala el inmenso privilegio de conocer y compartir mi vida con grandes transformadores de lo imposible.

Personas espectaculares que eligen dejar atrás lo que no les hace felices, transformar sus miedos en avances, en retos y sus situaciones de vida en posibilidades de algo mejor.

Personas que un día deciden dejarlo todo, reinventarse, apartar lo que les resta, quedarse con lo bueno, olvidar lo malo, perdonar lo que les hizo daño, despedir con amor lo que perdieron o lo que les impide avanzar.

Personas que abandonan lo que a los ojos de los demás es lo correcto, el camino trazado y que reemprenden el vuelo, que saltan al vacío con la confianza de que lo mejor está por llegar, de que la tormenta no durará para siempre.

Personas que eligen escucharse, vivir el camino del corazón, ser fieles a lo que sienten y a como quieren vivir.

Y no son en absoluto egoístas, como alguno podría pensar, son quizá las personas más generosas que puede haber, porque con sus elecciones permiten que también su entorno avance y crezca y que pueda haber cambios, porque se atreven a dar pasos que otros no pueden dar, a poner finales a historias que ya hace tiempo que ya no se escriben.

¡Cuántas lecciones maravillosas me regaláis cada día ,cuanto aprendo de vosotros y cuanta gratitud os debo!

Porque juntos vais tejiendo un mundo mejor, porque camináis hacia vuestros sueños y elegís ser felices pese a todo, porque enfrentáis la vida con valentía dando lo mejor de vosotros.

Y afortunadamente, no sois unos pocos, sois legión.

Infinitas gracias por llegar y estar en mi vida.

El club de las personas extraordinarias

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He tenido el inmenso privilegio de conocer a muchas personas en mi vida, y creo que todas ellas eran o son extraordinarias, porque todos tenemos en nuestro interior esa fuerza y ese poder para transformarlo todo, resurgir, brillar….

Pero hoy, voy a mencionar unas cuantas.

Conocí a una bosnia en Sarajevo tras la guerra de los Balcanes, me contó que antes de la guerra su vida era normal, estudiaba en la universidad y tenía una carrera prometedora como profesora de economía, pero un día salió de la facultad y ya no regresó jamás….”he cambiado aquellos sueños por otros y agradezco estar viva y que mi familia esté bien, la guerra me robó aquellos sueños pero no mis ganas de vivir y de construir otros nuevos”

Conocí a una chica de 19 años en Cuba, enamoradísima de su novio, nieto de españoles que estaba arreglando papeles para poder venir a España, “le amo muchísimo y justo por eso le tengo que dejar marchar, tengo que dejar que viva esa oportunidad, no sé cuándo se marchará pero trato de ser feliz cada día, por el tiempo que sea”

Perdí a una de mis mejores amigas con 16 años, víctima de una leucemia que se la llevó entre un verano y otro, se quedó casi sin pelo, se lo rapó y se lo tiñó de platino y siempre recordaré aquella sonrisa permanente en su cara y sus ganas de vivir el tiempo que fuese intensamente, sin mirar atrás ni hacia adelante, solo viviendo el presente.

Uno de mis abuelos antes de morir estuvo ingresado en el hospital más de un mes, y tuve el enorme privilegio de acompañarle todas las tardes mientras se apagaba, una de las tardes me hizo un maravilloso regalo : “pienso, que yo ya he visto todas las cosas en este planeta, es verdad que no he salido casi de España, no he viajado mucho, pero he vivido mi vida tranquila y he hecho lo que tenía que hacer, y ahora vosotros vividlo todo y sed felices” me dijo con los ojos llenos de paz.

¿Cuánta gente extraordinaria hay a tu alrededor, que te demuestra cada día que es posible transformarlo todo, por imposible que sea?

Seguro, que si miras ahí dentro, tú también podrías ser parte del club de las personas extraordinarias, sí, ¿verdad?

¿Cuando elegiste ser feliz?

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El dia que elegí ser feliz, estaba sola, no había nadie a mi alrededor, no tenía prácticamente nada, porque lo había perdido todo.

Aunque realmente, creo que elegí ser feliz, justo cuando nací, pero luego crecí y creo que poco a poco se me fue olvidando….

Y fui llenando mi vida de cosas, personas, objetivos, proyectos que una vez logrados me darían la felicidad.

Y llegaron a mi vida todas esas cosas que siempre quise, y las personas y los objetivos…

Pero la felicidad era esquiva y nunca la alcanzaba, siempre quedaban más cosas, personas objetivos….hasta que un día emprendí el camino inverso, el de perderlo todo

Y resultó, que fue desde la nada más absoluta, cuando recordé que un día tiempo atrás, yo elegí ser feliz.

Y recordé lo que es ser feliz, ser feliz es fluir con el viento cuando te da en la cara en un dia lluvioso, es mojarte en los charcos cuando toca, sabiendo que acabarás secándote con el sol, es elegir el lado del arcoíris donde los colores los pones tú, rendirte al calor del amor, respirar el frescor del amanecer, cerrar los ojos y escuchar latir tú corazón y…. nunca olvidar, que la vida es un viaje y la felicidad disfrutar de cada instante mientras viajas y que uno desde que nace ya es feliz por dentro.

¿Y tú, cuando elegiste ser feliz? ¿Aún no has empezado a disfrutar de tu viaje?

¿Vas a seguir buscando fuera lo que ya tienes dentro de ti? Tú decides, tú eliges.

 

 

 

El pez Koi

 

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«Y así, debido a que no se rindió nunca, el pequeño pez Koi pudo saltar al otro lado del portal y desapareciendo en la niebla renació como un precioso Pez Dragón. Por las noches se puede ver al pequeño pez chapoteando alegremente por las aguas del gran río Azul.

Y desde ese día siempre que otro pez encuentra la fuerza, el coraje y la perseverancia como hizo el pequeño pez Koi de subir a contracorriente superando sus dificultades, es recompensado con la metamorfosis y transformado en un precioso pez Dragón.”

Así termina la Leyenda del pez Koi, una leyenda japonesa sobre como un pequeño Pez Koi, contra todo pronóstico, consiguió nadar contracorriente y llegar hasta el nacimiento del gran río Azul y como recompensa se convirtió en un maravilloso pez Dragón.

Todos sin excepción somos alguna vez en la vida como ese pequeño pececillo Koi, tembloroso y aparentemente débil, navegando por el río de la vida y luchando contra la corriente y contra los remolinos que nos hacen dar vueltas y vueltas.

En ocasiones nos sentimos atrapados por los troncos que se van quedando varados en los lados, por la sensación de que no lo vamos a conseguir, con la tentación de dejarnos llevar por la corriente y diluirnos sin más.

Pero entonces, en medio de ese caos, de esos momentos de duda, surge nuestra verdadera naturaleza para no darnos por vencidos, para perseverar, para avanzar,  para remontar ,para aprender de lo que no salió como esperábamos e intentarlo de una nueva forma y en cualquier caso para seguir hacia adelante.

Siempre, hacia adelante…..

Nadar contracorriente es a veces difícil y sin embargo en el fondo de tu corazón sabes que es la única opción, sabes que al margen de lo que digan los demás, de las resistencias que a veces hasta tú mismo te pongas, llegarás hasta donde quieras llegar y a partir de ese momento ya no serás nunca más el pececillo Koi que empezó a remontar la corriente del río, sino que habrás impregnado tu alma de la fuerza de un maravilloso pez Dragón, fuerte y poderoso que no conocerá más límites que los que tú te pongas.

Si aún no has descubierto al pececillo Koi que llevas dentro, seguro que es porque no has mirado bien….todos tenemos uno dentro de preciosos colores…¡bucea en tu interior para encontrar el tuyo!