Bienvenido a la desconexión,
Un día, otro día, todo pasa muy deprisa, te acuestas, desayunas, trabajas, comes, trabajas, cenas, te acuestas, te levantas, prisas, despertador, discusiones, quejas, tráfico, estrés, 1 día, 2 días, nada cambia, algún día bueno, pasan los meses, tus hijos, no hay tiempo, los problemas, enfermas, te curas, algún dia bueno, pasan los años, pasa tu vida, te mueres, FIN.
Nacemos conectados al cielo y a la tierra, solo que con las prisas y sin las pausas, lo vamos olvidando, hasta que nuestro día a día se convierte solo en correr sin rumbo hacia ninguna parte, sin tener muy claro el para qué, la mayor parte de las veces sin más excusa que es lo que toca, corresponde o se espera de nosotros, y el peor de los casos la de no tener otra opción.
Nacemos conectados a cielo y tierra y esa conexión se va desdibujando, borrando hasta que un día creemos que ya no está, pero no es verdad….
Un instante de calma, un minuto de paz en mitad del ruido y volver a sentir que todo es perfecto, que todo está bien y que si no es así en ti está el poder de cambiarlo.
Pararse, detenerse a sentir como el viento te golpea en la cara y agradecer que esa sensación te hace sentir la vida con más intensidad, te devuelve al aquí y ahora.
Disfrutar con los días de lluvia, con esa humedad que envuelve el ambiente y que hace impracticables las ciudades y el tráfico, ver como se anega el asfalto, como aparecen riachuelos improvisados por las calles, detenerse, sonreír, e imaginar que te transportas a otro lugar.
Mirar a un desconocido a los ojos y adivinar en él un reflejo que te recuerda muy bien no sabes qué, pero que te hace sentir feliz.
Despertar cada mañana y mirar el cielo, y agradecer el privilegio de un nuevo día.
Un rayo de sol, dejar que acaricie tus mejillas en un día de invierno y te devuelva el calor que tanto anhelas.
Pasear por un parque y sentir como los árboles si pudieran saldrían de la tierra para abrazarte, para recordarte que son parte de ti, y tú de ellos.
Respirar profundo y agradecer ese mecanismo mágico que hace que vivas aunque tú te olvides de la vida a veces.
Y comprender que quieras o no, formas parte de los mágicos hilos con los que se teje cada amanecer y cada anochecer, que todos somos parte del todo.
Que hay miles y miles de estrellas que solo salen cada noche para que las contemples si es que te lo permites.
Bienvenido a la conexión…..si quieres….