El camino del corazón

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Hoy hace exactamente un año, que soy libre.

Que elegí caminar hacia mis sueños, soltar el último equipaje que me quedaba de una vida que ahora recuerdo tan lejana y difusa que a veces me parece que no ha sido verdad.

Y solo puedo decir, que como no podía ser de otra manera ha sido un año espectacular, no quiero mentir y decir que no haya días en que no siga teniendo miedo, pero el miedo ya no es ese monstruo de dos cabezas que te paraliza e impide avanzar, es más bien un viejo amigo, de esos pesados, de esos un poco grises que forman parte de tu vida pero que por alguna razón sabes que en su justa medida también viene bien de vez en cuando tener a tu lado, aunque solo sea para no hacerle caso.

Hace un año que soy libre y que elegí seguir caminando, avanzando, fluyendo con la vida y aceptando los regalos que me va trayendo, saboreándolos, disfrutándolos al máximo y que siento en todas los poros de mi cuerpo y de mi alma que estoy en el camino correcto.

Este camino hacia la libertad empezó realmente 4 años antes, en el momento en que empecé a deshojar aquella margarita de si y no, que contenía todos los pétalos de lo que era mi vida entonces.

Casi todos los pétalos resultaron ser un no, y ha sido un camino muy duro, pero muy revelador, porque todas esas cosas tenían que marcharse para poder dejar paso a otras nuevas.

Y ese último pétalo fue un trabajo que una vez tanto amé, y en el que tanto construí, pero que ya no me dejaba crecer y en el que había dejado de creer.

Y salté, hacía el aparente vacío, crucé al otro lado….hacia la libertad.

Y un año después, el balance ha sido espectacular, estoy cada día más cerca de vivir de lo que verdad me apasiona, de vivir mi sueño, sigo teniendo muchos más sueños, han llegado a mi vida personas extraordinarias, he llorado, he reído, he vibrado, he amado, me han amado, he escuchado, me han escuchado, he bailado hasta el amanecer, he dormido hasta el atardecer, he soñado con la luna y he brillado con el sol de cada nuevo día.

Ha sido un año de plenitud y de crecimiento, de estar viva, ¡de ser yo en estado puro!

Por eso, te digo sin dudar, que escuches tu corazón, a veces te habla muy bajito porque hay mucho ruido en tu cabeza, pero siempre te dice la verdad y te lleva por el camino correcto, aunque no sea el camino más fácil, aunque no sea el camino que los demás hayan elegido, aunque no sean el que los demás esperan de ti, aunque debas recorrerlo solo, aunque esté lleno de obstáculos, aunque tengas que dejar a un lado cosas y personas, aunque parezca que a veces caminas por calles oscuras, la luz que hay al final…. te hará brillar.

Escucha tu corazón y elige ser libre, que el miedo, si tiene que estar, sea ese amigo un poco pesado, pero NO, el que decida tu destino, elige arriesgar, elige estar vivo, brillar, fluir….que el premio, eres TÚ.

 

“Cuando el corazón habla es de mala educación, que la razón le contradiga”

Milan Kundera

 

El pez Koi

 

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«Y así, debido a que no se rindió nunca, el pequeño pez Koi pudo saltar al otro lado del portal y desapareciendo en la niebla renació como un precioso Pez Dragón. Por las noches se puede ver al pequeño pez chapoteando alegremente por las aguas del gran río Azul.

Y desde ese día siempre que otro pez encuentra la fuerza, el coraje y la perseverancia como hizo el pequeño pez Koi de subir a contracorriente superando sus dificultades, es recompensado con la metamorfosis y transformado en un precioso pez Dragón.”

Así termina la Leyenda del pez Koi, una leyenda japonesa sobre como un pequeño Pez Koi, contra todo pronóstico, consiguió nadar contracorriente y llegar hasta el nacimiento del gran río Azul y como recompensa se convirtió en un maravilloso pez Dragón.

Todos sin excepción somos alguna vez en la vida como ese pequeño pececillo Koi, tembloroso y aparentemente débil, navegando por el río de la vida y luchando contra la corriente y contra los remolinos que nos hacen dar vueltas y vueltas.

En ocasiones nos sentimos atrapados por los troncos que se van quedando varados en los lados, por la sensación de que no lo vamos a conseguir, con la tentación de dejarnos llevar por la corriente y diluirnos sin más.

Pero entonces, en medio de ese caos, de esos momentos de duda, surge nuestra verdadera naturaleza para no darnos por vencidos, para perseverar, para avanzar,  para remontar ,para aprender de lo que no salió como esperábamos e intentarlo de una nueva forma y en cualquier caso para seguir hacia adelante.

Siempre, hacia adelante…..

Nadar contracorriente es a veces difícil y sin embargo en el fondo de tu corazón sabes que es la única opción, sabes que al margen de lo que digan los demás, de las resistencias que a veces hasta tú mismo te pongas, llegarás hasta donde quieras llegar y a partir de ese momento ya no serás nunca más el pececillo Koi que empezó a remontar la corriente del río, sino que habrás impregnado tu alma de la fuerza de un maravilloso pez Dragón, fuerte y poderoso que no conocerá más límites que los que tú te pongas.

Si aún no has descubierto al pececillo Koi que llevas dentro, seguro que es porque no has mirado bien….todos tenemos uno dentro de preciosos colores…¡bucea en tu interior para encontrar el tuyo!

Amar de verdad

 

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Ganar o perder,

Si perdiste algo es porque alguna vez lo ganaste, porque alguna vez fue tuyo y lo disfrutaste, lo respiraste, lo saboreaste, lo viviste y si te duele perderlo es porque lo valorabas, pero tal vez ya había cumplido su función y era el momento de dejarlo marchar.

Que duro es dejar marchar las personas que amas, aun cuando en el fondo de tu alma sabes que ya no te pertenecen, que ya cumplieron su función, que te ayudaron a recorrer parte del camino, pero ya no te dejan crecer, avanzar…y en algunos casos tal vez que eres tú la que les estas limitando la que no les dejas crecer.

El mayor acto de amor que puedes tener por alguien, es dejarle marchar cuando ya no sumas a su lado, cuando la felicidad ya no es de dos, el mayor regalo que te puede hacer alguien que de verdad te ama es dejarte marchar, si ya no puedes recorrer tu camino junto a él.

Y que pocas veces, seamos honestos, amamos de verdad, de esa manera incondicional, no por interés, no por egoísmo, por protección, por seguridad, por buscar en otro lo que nos falta, no por lo que recibo del otro.

Y como desde un sentimiento que llamamos amor, pero que es interesado, retenemos, chantajeamos, y nos condenamos en plural a una infelicidad, un conformarse con vivir a medias, descubriendo que nos falta brillo en la mirada pero queriendo mirar para otro lado.

Qué difícil es mirarse a los ojos, con valentía y decirse, ya no existe esa magia, te amo pero te dejo libre, te dejo marchar, elijo ser feliz y que seas feliz…..y si la vida nos vuelve a reencontrar será maravilloso, pero si no es así, agradezco todo lo vivido, todo lo aprendido y no cambiaría ni una coma, ni un segundo de la historia que hemos escrito, pero aquí termina y empieza un camino nuevo.

Es difícil, pero no imposible, es duro pero no mortal, duele pero no mata…..y al final la pérdida, la superarás, echarás de menos a ese alguien que un dia lo fue todo, pero el amor seguirá intacto y multiplicado, porque a esa persona la querrás toda la vida, desde otro lugar, pero tu corazón seguirá rebosante de amor, de amor del bueno, para volver a amar.

Amar de verdad…. ¿lo intentamos?

 

No dejes que las etiquetas decidan por tí

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Somos mucho más de lo que los demás deciden que seamos

Cuántas veces en la vida nos vemos obligados a ser y actuar exactamente de acuerdo a lo que los demás esperan que seamos.

Cada vez que nos sucede algo, el resto del mundo nos juzga, nos etiqueta de alguna manera y es muy difícil no caer en la tentación de ser lo que los demás esperan, lo que los demás deciden, renunciando por tanto a lo que nosotros habríamos elegido ser o sentir.

Nos sucede algo y pasamos a ser el pobrecito, la persona que no tiene recursos para gestionar lo que nos ha pasado, la persona desvalida, débil, triste, inmóvil, presa de sus circunstancias.

Y es a veces tentador dejarnos caer en esas etiquetas abandonarnos sin más….

Pero si dejamos de ser responsables de nuestra propia situación y les regalamos nuestro poder, no podremos avanzar.

Con ese movimiento, con ese ceder nuestro poder, estamos regalando y poniendo en manos de otros la oportunidad que tenemos de transformarnos en lo que queramos, de decidir qué hacer con nuestra vida.

Por eso te animo, a que la próxima vez que te suceda algo ,no te dejes llevar por lo que los demás opinan de ti, que no te dejes arrastrar por lo que se supone que deberías sentir, por como deberías actuar.

Párate un instante, Recupera tu centro, tu poder, tu esencia y siéntete como te quieras sentir, actúa como quieras actuar, y sé libre.

Libre como el viento, bate tus alas, y permítete gestionar las cosas tal y como desees.

¿Por qué tendrías que ser fuerte, víctima, pobrecito, estar triste o alegre, deprimido, eufórico o agradecido?

Solo desde tu centro u ejerciendo tu libertad sin estar sujeto a nada más que ser fiel a ti mismo podrás comenzar a transformar tu vida.

Y a partir de ese momento en que coges las riendas de tu situación, empieza un camino que solo puede llevarte hacia adelante, porque solamente tú, eres el arquitecto de tu propia vida.

Que los demás te acompañen en el camino, pero que no elijan tu camino en función de sus etiquetas.

¡Decide ser libre!

¡Feliz viaje!

Transformando lo imposible

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¿¿¿ LO IMPOSIBLE???

Como no podía ser de otra forma el primer post de este blog, va a hablar sobre lo imposible,¿ y que es algo imposible?, es algo a lo que nuestra mente ha puesto una etiqueta mental, nada más que eso, una palabra tan vacía o tan llena de contenido y de verdad, como tú quieras, como tu elijas.

La vida está llena de ejemplos de cosas que aparentemente tildamos como imposibles y que luego se volvieron realidad, y es que entre algo posible y algo imposible hay una distancia muy corta.

Una distancia que tiene que ver con nosotros mismos y con lo que elijamos hacer, con lo que elijamos creer.

Tanto si crees que algo es posible,como si crees que no lo es, tienes razón, todo es cuestión de que lugar elijas colocarte.

Hay una frase que me gusta mucho y que suele venir a mi memoria de vez en cuando que dice: “No digas es imposible, di, no lo he hecho todavía”

De forma que si quieres, te invito a transformar lo imposible en algo posible, en cambiar esa etiqueta por otra que sea mucho más retadora.

Para que cuando mires atrás puedas decir, es verdad que no hay nada imposible, nada que no pueda conseguir.

Para que cuando mires el camino recorrido, veas todo lo que dejaste atrás, estando profundamente agradecido a cada piedra del camino, pero que veas que el camino continúa y el único límite es el que tú te pongas.

¿Y por qué transformando y no otra palabra?, porque transformar es cambiar algo, modelándolo, reconociendo lo bueno que tiene y dándole poco a poco la forma que queremos que tenga, no es partir de cero, es partir de todo lo que tenemos y que nos será muy valioso e ir añadiendo, aligerando, modelando, compensando….pero sin perder la esencia, ese impulso que hizo que quisiéramos transformarlo en algo más valioso, mejor, evolucionado.

La transformación más espectacular que para mí se produce en la naturaleza es la de la metamorfosis de oruga a mariposa….pero nunca olvido que la mariposa por muy bella que sea, conserva en su esencia, en su ADN la parte de oruga que nunca dejará de ser.

La mariposa siempre tendrá que agradecer su pasado de oruga porque sin haber sido oruga, nunca habría podido llegar hasta la mariposa de bellos colores en que más tarde se convertirá.

Del mismo modo nuestra vida transcurre así, no somos lo que nos sucede sino lo que hacemos con lo nos sucede.

Y ahí es donde elegimos transformar algo aparentemente imposible en lo que nosotros queramos.

Siempre elegimos, puede que haya cosas que nos vengan impuestas, es verdad, que lleguen a nuestra vida sin que las tuviéramos previsto, pero justo un instante después de que sucedan o  de que lleguen, el qué hacer con ellas es decisión nuestra.

Por pesadas que sean las cargas, por difícil que nos parezca el camino que se abre ante nuestros pies, por mucho que echemos de menos a quien hemos perdido, lo que un dia tuvimos, lo que pudo haber sido y nunca fue, alguien a quien amamos muchísimo y no llegó si quiera a nacer, por muy pesada que sea la carga de la enfermedad que vivimos, siempre elegimos que vamos a hacer con todo eso, cuál va a  ser el paso que daremos al día siguiente, cual va ser la primera palabra que vendrá a nuestra mente al despertar.

Si quieres cambiar, cambia, si quieres mejorar, mejora….no te pierdas en excusas de que las cosas no dependen de ti, siempre hay algo que puedes hacer para llegar hacia dónde quieres llegar.

Porque el dolor , el miedo, la tristeza… también se pueden transformar, todo es cuestión de  que saques de tu interior la elección de cambiarlos, de trascenderlos y de que esas experiencias te ayuden a ir hacia adelante y a sacar la mejor versión de ti mismo.

¿Me dejas que te acompañe en este viaje?